Dicen que el futuro será híper tecnológico. Que el Internet de las cosas convertirá todo lo que nos rodea en objetos inteligentes. Las gafas, el reloj, los bolígrafos y la ropa serán capaces de enviar y recibir datos. Viviremos sumidos en una marea de unos y ceros que nos atravesarán, registrarán, medirán y cuantificarán.
El problema es que lo que acabamos de describir no es el futuro, es el presente. ¿Y quién se ocupa de gestionar todos esos datos? ¿Somos capaces de interpretarlos, o nos perdemos en la maraña? ¿Nos sabemos manejar en el presente digital?