Recursos Humanos extremos

Bezos

En Step hemos señalado muchas veces que el panorama laboral está cambiando. Y precisamente uno de sus polos de cambio son los Recursos Humanos. De hecho se han convertido en una fuente de diferenciación para las grandes empresas, quizá por primera vez en la historia. Todos conocemos casos como el de Google o Microsoft, compañías cuya reputación depende en gran medida de lo bien que tratan a sus empleados.

La imagen que tenemos asociadas a las empresas tecnológicas, las Start-ups y el resto de compañías surgidas al calor de la revolución digital está más asociada a los horarios flexibles, reuniones informales e increíbles beneficios extra que con la sedentaria y monótona vida de las oficinas tradicionales. Pudiera parecer que esta filosofía laboral, basada en el trabajo en equipo, el fortalecimiento del liderazgo y la búsqueda constante del talento, está desplazando al paradigma antiguo de relaciones laborales.

De hecho, cada vez son más las empresas que se suman a la regla del 80/20 implantada por Google. Según esta regla, los trabajadores pueden dedicar el 20% de su horario laboral a proyectos personales. De esta forma se espera que estén más activos y sean más eficientes el 80% del tiempo restante. En otras palabras: trabaja menos y produce más.

Sin embargo, el pasado mes de agosto el New York Times lanzaba un reportaje que hacía saltar por los aires la imagen “worker-friendly” de uno de los grandes gigantes de Internet: Amazon. Según el diario estadounidense, la compañía de Jeff Bezos exprime al máximo a sus trabajadores de “cuello blanco” para que cumplan sus objetivos cueste lo que cueste.

Amazon motiva a sus empleados a criticar fuertemente las ideas de los demás en reuniones, a trabajar duro hasta tarde (los correos electrónicos llegan después de la medianoche, seguidos por mensajes de texto preguntando por qué no han sido respondidos), y se les evalúa por estándares que, según alardea la compañía, son “desmesuradamente altos”. El directorio telefónico interno les enseña cómo quejarse de manera secreta de sus colegas con sus jefes. Los empleados dicen que a menudo se usa para sabotear a otras personas (esta herramienta ofrece ejemplos, incluyendo el siguiente: “Me sentí preocupado por su falta de flexibilidad y porque se queja abiertamente de tareas fáciles”).

Pese a este duro y competitivo entorno, muchos de los ex «amazonianos» (así es como se llaman los trabajadores y trabajadoras de esta empresa) se declaran adictos a este clima laboral. Pero esto no ocurre sólo en la compañía de Bezos; Apple también ha sido acusada de llevar a su plantilla hasta el límite, lo mismo ocurre con Tesla Motros y otras empresas líderes del sector de la innovación.

Esto plantea un dilema dentro del paradigma de Recursos Humanos. ¿Es incompatible la pasión por el trabajo y la conciliación de la vida laboral y profesional? ¿La nueva filosofía laboral es sólo una moda? ¿Las empresas que operan en internet repetirán el clásico esquema laboral que prima el presentismo, la competencia desmedida y la desconfianza entre los propios compañeros de trabajo? ¿El caso de Amazon es anecdótico, o es un claro ejemplo de que aún queda mucho por cambiar en la gestión de personal?

El debate está servido, ¿qué opináis vosotros?

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