Wikipedia y la revolución del conocimiento

Wikipedia

¿Quién se acuerda hoy de la Enciclopedia Espasa? Esas decenas de tomos que acumulaban (y acumulan aún en muchas casas) polvo en lo alto de las estanterías, esperando a que alguna duda puntual las resucitase y extrajese de ellas sus conocimientos.

En los primeros destellos de la era digital se tuvo claro que las enciclopedias de dimensiones hercúleas tenían los días contados. En 1989 salió a la luz la Compton’s Encyclopedia, que condensaba en un CD los 26 volúmenes que ocupaba en papel. Cuatro años más tarde aparecía la Enciclopedia Encarta de Microsoft. Comenzaba el declive de las tradicionales enciclopedias en papel.

Pero la Encarta también tenía los días contados: en el 2009 salió su última edición. ¿Qué les pasó a estas enciclopedias? Nadie se acuerda hoy de ellas, fueron arrasadas por un gigante: Wikipedia.

El pasado 17 de junio, la Wikipedia fue reconocida con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional. El jurado ha destacado que la enciclopedia on-line, que cuenta con más de 37 millones de artículos en 287 idiomas, “ha logrado poner al alcance de todo el mundo el conocimiento universal en una línea similar a la que logró el espíritu enciclopedista del siglo XVIII”.

Wikipedia, Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2015
Wikipedia, Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2015

Sin embargo, y pese a lo que diga el jurado del Premio Princesa de Asturias, la filosofía que subyace en la Wikipedia es diametralmente opuesta a la de los ilustrados del XVIII y a la del resto de enciclopedias que han existido hasta la fecha. La Wikipedia es hija de Internet, y como tal, hace suyos los valores de la era digital: es una obra libre y colectiva, abierta, autoorganizada, descentralizada, creada en comunidad para uso de la comunidad. Todos podemos editar en Wikipedia y esto, en la práctica, desdibuja la línea que separa a los expertos de los meros usuarios. Algo que horrorizaría al «espíritu enciclopedista del siglo XVIII».

El saber de la antigüedad se caracteriza por ser rígido y jerárquico. Siempre hay una figura principal que organiza, estructura y transmite el conocimiento. Primero fue Aristóteles, luego Plinio el Viejo (que reunió los conocimientos de la época en los 37 volúmenes de su Naturalis Historia) y más tarde Diderot, D´Alembert y el resto de los enciclopedistas franceses. Éstos personajes eran los responsables últimos del saber acumulado en sus obras, y de su buena o mala reputación dependía la fiabilidad de sus tratados, compendios y enciclopedias.

Ahora, con Wikipedia, ha desaparecido esta figura mediadora. No hay ningún primus inter pares. Cualquier usuario puede editar una entrada que considere incompleta o inexacta. Los lectores de la enciclopedia dieciochesca no tenían forma de llevarle la contraria a Diderot y sus colegas cuando se hacían eco de los prejuicios antisemitas habituales en su época. Tampoco hay forma de enmendarle la plana a la Británica o a la Espasa. Pero sí a la Wikipedia. Esta es la auténtica revolución del conocimiento que se ha producido con la llegada de la enciclopedia on-line, libre y abierta.

Es cierto que la inteligencia colectiva no está exenta de peligros y errores. Tampoco faltan las voces críticas:

Las reseñas biográficas no son más que una sucesión de fechas y de acontecimientos expuestos escueta y cronológicamente siguiendo el dogma ilusorio del «punto de vista neutral»; las fuentes no están jerarquizadas; no hay ni análisis ni síntesis; y, se diga lo que se diga, invariablemente de este magma de informaciones surgen juicios absolutamente discutibles. (La revolución Wikipedia)

Sin embargo, es innegable que la Wikipedia ha revolucionado nuestra forma de entender el conocimiento y de relacionarnos con él. Y es que nadie, nunca en la historia, habría podido juntar un conocimiento tan vasto, específico y detallado (llegando al absurdo en ocasiones). Si algo ha demostrado, es que juntos, trabajando en comunidad, somos capaces de alcanzar objetivos que exceden los mayores logros de las personas individuales.

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